A veces la realidad se presentifica, me corta el cuerpo y no lame las heridas que deja. Perra.
Me gusta caminar sola por las calles abarrotadas de olores, palabras,roces, empujones,viento y velocidad;me gusta caminar en contra de la masa, del cuerpo compacto de la gente citadina; me gusta levantar la barbilla y hacerlo con ritmo, como si sonara sweet little angel fuerte, muy fuerte.
Y avanzar sobre mis tremendos tacos ,casi bailándole a la semana...doliéndome.
Y abrir y cerrar mis ojos cargados de rimmel viejo, con el sol de frente.
Y con mis manos enguantadas en cuero, adentro de los bolsillos de un largo gamulán abierto, dejando mostrar mis piernas, mis medias, mis muslos fríos y activados por el movimiento.
No ver a nadie. No detenerme. Imprimir ritmo al tranco hasta casi no poder parar. Sonreír a tanta nada y dejarme envolver en la chalina verde.
Centrarme en la eterna pasarela de la calle y dejar caer al paso mil cuerpos inestables ante la pasión del que lleva la contra.
Pero una hembra segura , una heroína...no dobla.
Mi ciudad es muy chica, son tres las cuadras del centro, hay que doblar o volver con la masa, en su misma dirección...
Me tengo en la esquina del fin. No quiero doblar por una transversal. No voy a volver hacia donde van los todos.
Fue tanto el dolor por tanto real que esa tarde pude volar.
Malena, qué gran vuelo otorgó al desenlace !!!, como siempre la sutileza de sus hilos conducen suavemente a envolverme dentro de la trama, esa primera persona suya es tan potente que impide mi observación, porque me enrieda en el relato. Ud logra atar todos los cabos firmemente imponiendo su impresionismo al lector.
ResponderEliminarUd sabe,me gusta su manera de contar haciendo equilibrio sobre los tacos altos.
Es un placer leerla, gracias por la invitación.
Laura ORORBIA
http://enfugayremolino.blogspot.com/
Malena, invito a leer a http://mixha-zizek.blogspot.com/
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