miércoles, 26 de julio de 2017

El pragmatismo de un poema en 2017




Como lo dijo Juan...
La poesía no sirve para nada.
No impone ternura ni abrazos.
No llega a tiempo, ni desfibrila.
La poesía no pisa tierra, ni calma hambres.
No devela idiotas, ni reconoce mefistófenos.
Los poetas,verdaderos inútiles que soplan mariposas.
Seres que hacen de la ficción su mejor circo.
Cómplices de tanto engaño
con copas cargadas de vino tinto, aplausos largos y sonrisas ocurrentes.
La poesía no lucha, ni resiste. No irrumpe, ni repara, ni transforma.
No revuelve, ni enreda a la muerte.
No revive. No hace justicia. No reparte ni hace reforma agraria.
No repele a represores ni hace aparecer a nadie.
La poesía no expone el engaño ancestral del amor romántico, lo disimula.
No puede con femicidios.
No conmueve a fondo, solo arma eventos o libros o revistas que leeremos con ceño fruncido o
elocuencia unos pocos.
Y andará por los bares y los colegios.
En teatros, en calles, en bibliotecas.
Con un número de asistentes que entran en los dedos de mis manos.
Siempre inservible arregladora de peinados en un espejo
como peineta, horquilla o cinta
barata.
La poesía no sirve para nada.
Y yo sueño con que este imbécil hoy tiemble, entienda y me llame.
Chambona.

martes, 25 de julio de 2017

La dejadita





Y nos subimos al cuadrilátero.
Así de extraño.
De construir relatos, reir dolores, palear idiotas;
De viajar en yunta, correr al tiempo y dar sin límites.
Pasamos a disputar quien tiene la eficacia de sacar al rival del ring.
Me agarraste flojita con poco entrenamiento y mucho amor.
Al comienzo pensé que resistía,
que soy vikinga, o pirata, o heroína, o mujer fuerte, o mina que se la banca.
Al comienzo pensé que era más fácil, que no dolía.
A mi no me deja nadie, sentenciaba a cada golpe.
Y no podía estabilizar mi cuerpo.
Esperaba la campana como remedio, con la magia del agua entre mis piernas.
Y otra vez al centro, a poner la cara.
Pasaron 12 rounds, sin un golpe bien dado de mi parte.
Es que te amo y ni pegarte puedo.
No fue Knockout , pero anduve cerca, a punto de tocar la lona, con guantes rotos,
contra las cuerdas, con el impulso de largar todo en cada asalto y treparme a tu cuerpo.
Con las ganas de amarte bien contenidas, porque las mujeres fuertes no abandonan el ring ni
caen de rodillas.
Me acomodé la ropa y puse tacones.
Sonreí de mueca no más para las fotos.
Declaré públicamente que fue un buen combate, que ambos estábamos a la altura.
Y escuché al Jurado, los otros.
-No te ama, dijeron.
Y perdí.
Por puntos.

El pragmatismo de un poema en 2017

Como lo dijo Juan... La poesía no sirve para nada. No impone ternura ni abrazos. No llega a tiempo, ni desfibrila. La poes...