miércoles, 27 de octubre de 2010

cada diez años


No fue fácil conciliar mi sueño de anoche. Dí vueltas y vueltas, me enrosqué desprolija entre las sábanas, tiré varias veces el cobertor al suelo, abrí y cerré la ventana, miré el reloj casi sin ver para no prender la luz y desvelarme pero...
Pensaba en qué decirle, cómo mirarlo, qué contestar a sus interpelaciones...pensaba en un café o un jugo fresco, en mi vestido, o mi pijama, o mi jean...descalza, en tacos, con el pelo atado, sin peinar, sonriendo o misteriosamente callada...
Sin saber en qué momento calleron de verdad mis persianas oculares, con resto de pintura de un día agitado...me dormí.
Soñé con él....maldito....persiguiéndome por la avenida contra el tránsito...avergonzándome con preguntas que me dejaban al descubierto con todas mis miserias...
Me levanté creyendo haber escapado de tanta pasión. Fumé un paquete entero de cigarros, comí los restos de chocolates con papel dorado que quedaron sobre el microondas. Me duché. Rápido. Con la puerta abierta por si tocaba el timbre. Me vestí cuatro veces, probando el jean, el pijama, el vestido y alguna otra ridiculez. Me paseé frente al espejo ensayando un si y un no con varios tonos y cargas emocionales.
Me senté a leer. Puse ropa a lavar. Me tiré con Donovan en mi living...lo cambié por Salinas...luego por Pity.
Puse el agua a caldear...varias veces sin cebar un solo mate.
Llamé a mi madre, a su novio, a mi padre, a su ex novia, a mi hermana y sus dos ex novios...llamé al mío...
Sonó el timbre. Me sudaron las manos, la nuca, los tobillos se me llenaron de pinchecitos y corriendo atendí el portero.
-Si? dije lo más sensual que pude decir...
- El censista...paso? -agregó.
Y yo lo habilité.

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