jueves, 23 de abril de 2015

cosas de la academia


Cansada de los mediocres,
 se me dió por un intelectual.
Así que remonté en mi perfil de face
 eso de estudió en la UNLP
 y le pedí amistad.
Y reintenté viejas lecturas,
 de ellos, los consagrados...
pocas minas y muchos machos.
Y me metí en sitios de cine,
 donde no entiendo, no me caliento,
 no exploto en llanto.
Y sonreí a sus amigos, tan brillantes ellos,
 tan encriptados todos, tan delirantes y locos ..
Burgueses que hablan retorcido.
Y escuché poesía flarterinezca,
 narrativa saxtugendaria,
hasta chistes espirridizos.
Y me olvidé del sol.
La noche perdió el desgarro.
No me acordé ni de mi propia muerte...
ni de mi olor, en fugitivas formas de emoción.
Y en la cama no temblé.

De la pobreza me escondí.
De mi grito y mi sangre con rabia ante lo injusto.
Y en la plaza no canté.

Era la sombra aunque había sol.
Alejada del dolor del que no tiene
con clara responsabilidad de todo el otro.
Y ante ella no lloré,
 con su pañuelo aún marchando.
Y ante el abismo de mis sin soles,
en pleno grito trastoqué el claustro.
 Dejé la jaula, casi panóptico.
Cuando desperté  me reencontré con tanta mina que,
por ser bien hembra,
 ya no sale con intelectuales.

2 comentarios:

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