jueves, 18 de marzo de 2010
pura verdad
Si me dijeran que pida un deseo...no podría evitar el pensar en vos.
Ahora que estas leyendo, con las manos en la falda, la mirada cansada a veces, la espalda curva como si la mochila simbólica tuviera peso real, frente a la máquina buscando en lo que se enchufa un poco de desenchufe.
Es que no era verdad. Los reyes no existen.
Y los príncipes tampoco.
Mentiras...a los cuentos de hadas, a las novelas venezolanas, a las tías gordas que iban los sábados a la peluquería y comentaban lo bueno que era arreglarse para un marido.
Mentiras quienes vendieron la felicidad con formas esculpidas, a los que diseñan ropa con carga de documento a tal punto de hacernos creer que es una necesidad, a quienes no nos dieron un buen golpe cuando nos empezamos a desentender de la injusticia y la revolución y las cambiamos por comodidades burguesas que nos hipotecan.
Mentiras los mercaderes del placer, quienes se ofrendan en regalos y después te cobran hasta la cinta scocht del paquete.
Mentiras las felicidades permanentes, los amores sin costo, las realizaciones personales dentro de este metro cuadrado.
Mentiras los depósitos de amores circunscriptos a los hijos.
Mentiras los secretos, las sinceras felicitaciones y las profundas condolencias.
Mentiras los elogios a tus comidas y a tus esfuerzos, la congratulaciones por tu ascenso y por bajar de peso.
Mentiras que te van a becar, que te sobra el tiempo si te lo querés hacer, que querer es poder.
Mentiras que ya no hay hombres, que ya no los hay machistas y que cada vez se ven más gays.
Mentiras lo de la liberación femenina, que podemos con muchas cosas a la vez y que lo único valioso es ser madre.
Mentiras los genios que conceden deseos.
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Tiene razón el señor, yo no soy crítica literaria, pero esto me gusta. Solo he sido lectora y jugué a garabatear un poco, pero insisto, esto me gusta mucho. Creo que estas armando el manual de la mujer, no habrá una que no se encuentre por ahí entre las letras sintiendo que hablas de ella.
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