Soy la próxima en la lista...perentoriamente me tocará a mi.
No puedo pensar.
Empiezo a intentar hacer algo con mi cabeza, empiezo y de pronto todo se desintegra y no puedo retener ni palabras, ni ideas, ni datos...no puedo recitar mi número de documento, ni contar qué cené...ni el nombre de la última persona con la que hablé por teléfono.No puedo evocar ni sus últimas palabras al despedirse el domingo temprano.
No puedo pensar.
Empiezo a intentar hacer algo con mi cabeza, empiezo y de pronto todo se desintegra y no puedo retener ni palabras, ni ideas, ni datos...no puedo recitar mi número de documento, ni contar qué cené...ni el nombre de la última persona con la que hablé por teléfono.No puedo evocar ni sus últimas palabras al despedirse el domingo temprano.
En blanco...pero sin alivio.
Y si cuándo entro me paro ante el tribunal y con un largo silencio previo tomo del escritorio un fibrón para la magnética y les canto?
Puedo empezar con una de Luca,levantando el volumen paulatinamente. Mirándo a los tres supuestos saberes hasta encontrar el grito que anuncia que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos. Puedo agarrar todos los papeles de la mesa, hacerlos trizas con mis dientes y revolearlos sonriendo, gritando, gritando...
o si entro y me paro ante el tribunal y retrocedo 9 pasos hacia atrás y desde ahí, desnudo mi talle desprendiendo uno a uno los botones de mi vestido chemise? tarareando, despacito. Recorriendo el aula en todos los niveles, por lo bajo con mis pies descalzos, en el medio con mi cuerpo arqueado y sonriendo, y a lo alto dibujando arrobas con el pelo suelto?
o mejor...me paro ante el tribunal y les pregunto amarga y ronca, desde el útero, qué hacen ahí? Qué saben de la verdad? qué pueden decir de la vida signada por la muerte, donde nada alcanza, donde todo es tan posible que somos esclavos de la autonomía? y les agrego que lo que estudié no me convence, es seco, roza la mentira y una ilusión barata que pretende controlarlo todo. Que son inoperantes, repetidores de un discurso medroso, desilusionados, absurdos disfraces de academias.
Me llaman.
Camino mirando un punto fijo, por la pasarela. Sonrío y me siento.
Los supuestos preguntan:- qué preparó para comenzar?
-Las vicisitudes en la construcción subjetiva.
- la escuchamos.
Y miento.
Y si cuándo entro me paro ante el tribunal y con un largo silencio previo tomo del escritorio un fibrón para la magnética y les canto?
Puedo empezar con una de Luca,levantando el volumen paulatinamente. Mirándo a los tres supuestos saberes hasta encontrar el grito que anuncia que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos. Puedo agarrar todos los papeles de la mesa, hacerlos trizas con mis dientes y revolearlos sonriendo, gritando, gritando...
o si entro y me paro ante el tribunal y retrocedo 9 pasos hacia atrás y desde ahí, desnudo mi talle desprendiendo uno a uno los botones de mi vestido chemise? tarareando, despacito. Recorriendo el aula en todos los niveles, por lo bajo con mis pies descalzos, en el medio con mi cuerpo arqueado y sonriendo, y a lo alto dibujando arrobas con el pelo suelto?
o mejor...me paro ante el tribunal y les pregunto amarga y ronca, desde el útero, qué hacen ahí? Qué saben de la verdad? qué pueden decir de la vida signada por la muerte, donde nada alcanza, donde todo es tan posible que somos esclavos de la autonomía? y les agrego que lo que estudié no me convence, es seco, roza la mentira y una ilusión barata que pretende controlarlo todo. Que son inoperantes, repetidores de un discurso medroso, desilusionados, absurdos disfraces de academias.
Me llaman.
Camino mirando un punto fijo, por la pasarela. Sonrío y me siento.
Los supuestos preguntan:- qué preparó para comenzar?
-Las vicisitudes en la construcción subjetiva.
- la escuchamos.
Y miento.
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