Te llamo luego...me dijo. Y al instante los tiempos y sus fantasmas empezaron a correr y desbarajustar mi cabeza. Luego, dijo.
Vos no tenés ni idea de la mecha que encendiste.
Luego es ahora. Es que no pudiste ni llegar al depto. Es que de tanto amor estas pensando en volver a buscarme, sacarme de un tirón de mi clase de francés y llevarme a caminar por la orilla. Luego es desprenderme los botones de mi camisa, torpe y experto, con cara hiriente de no dar más, antes de entrar al pasillo.
Luego es enviar un mensaje ya. Escribirme que me baje del bondi, que estas en la próxima parada y hay un café que nos espera, largo,ahí donde te sirven risas cacofónicas. Es rozar nuestros ante brazos hasta comenzar a hervir. Para treparnos.
Es agarrarme, es no dejarme escapar. Es mezclar olores, hasta matarnos.
Luego es esta noche. Es servirnos un ron con velas,bandoneones,vestidos, desvestidos, luna otra vez y otra vez. Esta noche por calles encendidas sin control, hasta incendiarnos. Hasta derretir muslos y corazones sobre la mesa.
Luego, a lo sumo, es mañana. Al caer la magia. Timbre y pensamientos. Para decirme que ya nada es igual , para rogarme algo, un odio, un beso, un arranque, un dolor.
Luego.
Para vos es un adverbio de tiempo.
Y esta mecha solo se apaga si hoy me entierro, por entender todo mal.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
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